Bajo del árbol y me dirijo a mis
compañeros. La tensión es palpable. El faero no deja de mirar hacia el
campamento improvisado de los durei. Ulkorn acaricia su hacha de dos filos en
silencio y Alkar tamborilea sus dedos contra el mango de su espada a dos manos.
— Son cuatro, pero dudo que sean
los que mandaron a los trasgos el otro día.
— ¿Cómo sabes eso?— me pregunta
el faero.
— Los trasgos que están bajo las
órdenes de unos durei visten los mismos colores y ropajes que sus amos. Los
trasgos que nos atacaron y estos durei no visten igual. Creo que son espías,
pero nada más.
— Son durei igualmente—interrumpe
Ulkorn—. Enemigos. Tenemos órdenes de HImmel de acabar con cualquier durei que encontremos
a nuestro paso.
— ¿En ese caso a que esperamos?
Acabemos con ellos de una vez.
— Eres valiente, faero, pero ten
en cuenta que ellos no son como los trasgos. Son guerreros entrenados y con
sangre fría. No permitas que la sed de venganza te ciegue.
La voz de Alkar no sólo se dirige
al faero. Todos estamos impacientes. Hace tres días que pensamos en este
enfrentamiento, y ahora que está cerca no podemos controlar la adrenalina.
— Organicémonos. Yo puedo
derribar a uno a distancia con un par de flechas. Mi puntería no fallará.
— No dudamos de ello— me asegura
Alkar—. Bien. Cuando de la señal, dispara al que parezca más fuerte. En el
mismo momento que las flechas impacten en él, nosotros saldremos desde diferentes
posiciones hacia ellos. El factor sorpresa está a nuestro favor, así que aprovechémoslo.
Cada uno se dirige a un punto,
haciendo el menor ruido posible. Me escondo detrás de un árbol. Tenso mi arco y
apunto. Mi presa es un durei alto y musculoso. Sus brazos son los más tatuados,
lo que signifa que ha tenido más victorias que sus compañeros. Cierro un ojo y
centro mi vista en la cabeza. Los durei son duros pero si sabes dónde apuntar…
Alkar me hace la señal y libero
las flechas.
1 comentario:
:S k mal rolloo...
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